Caminando

Caminado me encontraba muy sumido en mi mismo
como un perro abandonado en busca de su amo,
no encontraba nadie que me llevara,
la indiferencia me sonaba como música al oído,
tratando de salir del bullicio en que andaba
mi corazón se afligía sin enfado.

Abandonado me encontraba en el pozo del destino,
sin saber siquiera cual era mí camino
una luz en la senda del camino
apareció de repente sin aviso,
no me dijo que debiera ir por el enmarcado trecho
para ir dando vueltas en busca de un destino.


El aura era claro y hasta a la vez dorada,
no era perfecta, pero si hermosa,
me contentaba con estar a su lado,
y sentirme feliz sin alguna razón,
no existía nada alrededor de mí,
solo su presencia.

No había palabra alguna en sus labios,
pero decía que soy afortunado,
nunca decía frase de amor alguna,
pero sentía cuan bello es vivir,
y mirar el cielo azul.

Caminando me encontraba por la vida,
y tan solitaria estabas en el fondo,
tu mirada mostraba enfado,
mas tu corazón alegre,
y dulce tu presencia.

Caminado me encontraba solitario,
y las golondrinas empezaron sus cantos,
las flores del jardín se volvieron brillantes,
las sonrisas continuas, el manantial cristalino,
y la hierba en un verde bosque.

Caminado andaba por el sendero,
vaga y sin rumbo,
hasta dar la respuesta conmigo mismo,
si ves una piedra en tu camino
sigue de frente a donde te lleve el buen destino,
abrázala, ¡siente su calor!
dale tu corazón y quédate a su lado...





Manuel Luján