Sentado frente a la vía,
en imaginaria conversación
su indignación expresa,
Sobre la ruidosa forma en que caminan
las furiosas bestias luminosas
que invaden el corredor.
Tranquilo y desasido,
gesticulante y parlanchín;
un mar que se desborda,
un río en inverso fluir.
Los transeúntes voltean a verlo
-como si no hubiese pasado nada-;
vuelto invisible ante el Iris violento,
rápido le quitan la mirada.
Levanta sus harapos,
da un último sorbo a su brebaje;
mal educado no se despide y
deja solo a su acompañante.
Jefferson Jordán
9feb2014
VAGABUNDO SOLITARIO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario